EOLO encarna el espíritu de la Patagonia. La raíz aborigen del espacio donde fue construido, las vivencias de los primeros habitantes criollos y europeos de la zona, el temple aventurero de los miles de viajeros que pisaron esta tierra... Todo deja su huella en quienes nos visitan, que se van de EOLO con la certeza de haber vivido una transformación.
El hotel está a medio camino entre la ciudad de El Calafate y el Parque Nacional Los Glaciares, pero a la vez se encuentra lejos del ajetreo que supone la dinámica turística en la zona. En su estancia de 4.000 hectáreas es posible realizar cabalgatas, salidas en mountain bike, trekking y observación de aves, y a la vez disfrutar de la discreta elegancia de las instalaciones.
Desde las áreas comunes, o desde las 17 habitaciones que tiene el hotel, nuestros huéspedes son testigos de un paisaje que muestra su alma ante los ojos privilegiados que pueden verla. Porque sólo quien vive las cosas desde adentro, llega a su esencia.